Este triatlón siempre tuvo muy mala prensa, y ahora también alguna crítica le va a caer:
La de más peso, la salida en la orilla llena de piedras y de fango, muchos participantes se cortaron los pies al entrar y al salir del agua, entre ell@s mi compañera Sandra que le recomendaron ponerse la antitetánica. El caso es que andabamos todos descalzos por una zona que olía a vertedero de aguas negras y la calidad del agua era pésima, una mezcla de gasoleo, aceites y demás derivados del petroleo.
Los boxes eran dos pasillos larguísimos, lo que implicaba unas transiciones muy lentas, un pasillo para correr con la bici y en el otro, todas las bicis en fila unas 150 más o menos. Y el circuito de bici entre agujeros y badenes. La verdad es que encontré la logistica muy incomoda, la distancia entre los boxes, el guardarropa y la salida era considerable, pero ya no le voy a dar más pues me parece que me lo voy a acabar.
Aquí está Miguel, uno de los cadetes, saliendo del agua en la carrera popular. La temperatura del agua era bastante agradable así que muchos participantes se animaron a nadar sin traje.
Ahora nos viene un parón hasta septiembre, ya sólo nos queda Lugo y el gallego en Vigo.